lunes, 4 de junio de 2018

La vida es presencia


Un hombre se acercó a un sabio anciano y le dijo:
-        Me han dicho que tú eres sabio...Por favor, dime ¿qué cosas puede hacer un sabio que no esté al alcance de las demás personas?
El anciano le contestó:
-        Cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.
-        ¡Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio!, le contestó el hombre sorprendido.
-        Yo no lo creo así, le replicó el sabio. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.

Reflexión:
Como apuntaba el sabio, puedes estar convencido de que tú vives el día a día, pero una mirada más profunda puede delatarte. Observa cómo es relativamente fácil sorprenderte a ti mismo alejándote del momento presente. El ritmo vertiginoso te empuja a tener que realizar muchas acciones y sin darte cuenta acabas llevando a cabo diversas tareas la vez. Puedes que ni siquiera te hayas dado cuenta, así que esté podría ser un buen momento para centrarte en el aquí y el ahora.
Parece mentira, pero sólo existe el momento presente, el instante presente, o mejor, nuestra conciencia de la existencia en ese instante tan breve que ni tan si quiera es cuantificable, porque cuando nos percatamos de él, ya ha pasado.
Diría que el aquí y el ahora es la presencia que se hace consciente de sí. Simplemente, nuestra conciencia del Ser. Nos identificamos con lo que creemos ser, pero no somos nuestro nombre ya que eso solo sería como una etiqueta, ni nuestro cuerpo, que aunque no queramos, esté cambia continuamente; ni tan siquiera somos las ideas que nuestro pensamiento crea sobre nosotros mismo, ideas que a veces nos hace sentir tan volubles como una pluma al viento. Podría decir que somos, simplemente, presencia, consciencia. La presencia que se da cuenta de que uno piensa, siente, vive, es. Esa presencia tan pura y tan simple, tan desnuda y esencial, tan obvia, que la acabamos por obviar, por olvidar.
La vida y todas sus posibilidades se encuentran concentradas en toda su potencia en el presente, aquí y ahora y se crean desde ese centro, desde ese Yo Soy.
Se le preguntó al sabio anciano:
-        ¿Cuál ha sido el día más especial de su vida? ¿Y quién fue la persona más importante?
-        El día más especial de mi vida es HOY- respondió-. Y la persona más importante es con la que ahora estoy hablando.

Montse Parejo
Psico-Oncóloga

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