miércoles, 20 de enero de 2016

Las tres rejas

¿Qué opinión tenemos de los demás? ¿Nos importa lo que otros puedan llegar a pensar de nosotros? Y lo más importante: ¿Qué opinión tienes de ti mismo?
Si quieres ser feliz, ¡no escuches todo lo que dicen, no creas todo lo que te cuentan, no digas todo lo que sabes!”; seria bueno aplicar la filosofía del protagonista de esta historia.

El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa y le dice a éste:
  • Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia…
  • ¡Espera!- le interrumpe el filósofo-. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
  • ¿Las tres rejas?- preguntó el discípulo.
  • Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
  • No. lo oí comentar a unos vecinos.
  • Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme ¿es bueno para alguien?
  • No, en realidad, no. al contrario.
  • ¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
  • A decir verdad, no.
  • Entonces- dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Reflexión:
Cualquier comentario o crítica se pueden llegar a convertir en verdaderas sentencias hacia alguien o hacia nosotros mismos.
Si todo el mundo aplicásemos el uso de las tres rejas en nuestra relación con los demás, en mi opinión personal, creo que nos iría bastante mejor.
Sería importante también ser más benévolos con nosotros mismos, ya que el peor enemigo que podemos llegar a tener, estarán de acuerdo conmigo, puede ser uno mismo. Tenemos muchas ideas y sobre todo “creencias” irracionales que desgraciadamente no solemos cuestionarnos y nos las creemos a pie juntillas. Creencias del tipo, “no valgo”, o que “no puedes”, o nuestros miedos a la “soledad” ya que lo interpretamos como en el caso de sentirnos solos, a que la gente me abandona, me quedo solo, si nadie y me muero de la pena.
Estos son miedos irracionales de los que no somos conscientes pero pueden llegar a ser muy dañinos para nuestra salud.
Es importante entender como nuestras “creencias” determinan nuestras vidas. La mente no para nunca y casi siempre esta pensando en lo mismo “no sirvo para esto, no sirvo para lo otro, todo lo malo me ocurre a mí” y así terminamos todos desgraciados e infelices.
Creemos que solo somos responsables de lo que hacemos y no de lo que pensamos. La verdad es que somos responsables de lo que pensamos porque es solamente en este nivel donde podemos ejercer el poder de decisión. Pero afortunadamente las creencias se pueden cambiar; de hecho todos lo hemos conseguido en alguna ocasión. No olvides, “Tal como pienses, así vivirás”.
El mayor poder que tenemos en esta vida es el poder “Elegir”.
Debemos renunciar a los “Debo” o “Tengo” ya que implican una obligación y están basados en una creencia.

El poder más grande que tenemos es, ¡cómo quiero yo ver el mundo!
Montse Parejo
Psico-Oncóloga